Capítulo 3: La soledad (Hacía las puertas del cielo)

El camino hacia el instituto es corto solo tengo que cruzar varios pasos de zebras y algunas calles y ya estaría en él. Cierro la puerta de abajo de mi piso y voy andando, tengo la oportunidad de cruzar un semáforo en verde, pero como se que hay tiempo de sobra, prefiero esperar un momento haber si encuentro a algún compañero de clase para hablar con alguien mi primer día hacía el camino de mi nuevo curso. Esperé un pequeño rato pero no aparecía nadie entonces prosigo mi camino, mientras ando por las calles modernas y llenas de tráfico de Valencia, recuerdo que me encontraría con mis amigos dentro de un rato y eso me daba un poco más de felicidad.



Llego puntual, tan puntual que el centro no esta abierto aún,ni si quiera hay casi gente. Empiezan a venir los de mi curso pero no mis amigos por lo que me quedo solo, el día va en contra de mí pero prefiero no darle importancia a esta miserable situación y seguir feliz.
Las puertas se abren así que ya es hora de entrar y tengo una sensación de soledad por no encontrar a mis amigos, por no saludarles, por no hablar con ellos, por no nada. Vamos todos accediendo al recinto y los profesores nos llaman para saber a que clase acudir, me doy cuenta de que alguien pronunciaba mi nombre, que probablemente sea algún profesor que sería mi tutor este año. Yo solo y sin pronunciar ni una sola palabra, me giro y me doy cuenta de que me llama Melissa una profesora que probablemente sería mi tutora nueva de este año:


-Hola. Me inquirió.
-Hola. Le respondí.
-¿Qué tal el verano?Me preguntó.
Pensé que era algo de lo más común y no quería que supiera el penoso verano que tuve así que le respondí firmemente.
-Bastante bien con un tono de alegría para que no me descubriera, el verano mas soso que he tenido.
-Me alegro. Me contestó
-Entonces voy a esta clase.¿No?
-Si, puedes ir sentándote donde quieras. Añadió
-Vale.
Entonces entro en el aula que era la misma que la del año pasado y toda seguía igual:ordenado, limpio, en mejor estado, seguramente por las limpiadoras del colegio que las limpiaron días después de irnos nosotros. Esa clase me traía muchos recuerdos y melancolía . Me dirijo a una mesa, somos pocos en clase de momento, pero poco a poco se va llenando hasta un punto en que descubro por mi mismo que este año me va a tocar estar solo en clase, tan solo como la una, sin ninguno de mis amigos. Melissa iba a cerrar la puerta cuando de repente y sin aire aparece Mark, daba la sensación de que había venido corriendo y estaba que agonizaba.