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Nota: Todos los parecidos a la realidad son pura casualidad o coincidencia ya que esta historia y los personajes han sido inventados.

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martes, 31 de enero de 2012

Capítulo 4: Ángel Santos (Ángel Guardián)

¡Aquí os traigo la ultima aventurilla de Tommy! Por fin llega al Ángel Santos, pero una vida de estudiante no es fácil, y menos si vienes de otra época. A partir de ahora Tommy se verá envuelta en ás de un problemilla, pero suerte que contará con su querido Iván y un montón de nuevos amigos. ¡Disfrutadlo!

_______________________________________________________


Cuando abro la puerta Iván me sonríe animadamente. Sus ojos se ven más luminosos y resplandecientes ahora; más hermosos. En realidad todo se ve mejor esta mañana. En mi cabeza todo vuelve a estar en orden, todo comienza a cobrar sentido.

-Gracias por pasar a por mí, ¿Cómo has encontrado mi timbre?

-Me fijé ayer cuando viniste aquí corriendo… respecto a lo del timbre, no hay pérdida. Pone Triana Vargas, supuse que ese era tu apellido.

-Valla, que agudo –le digo bromeando- Por cierto, te creía más bajo, ¿Has crecido?

Se ríe escandalosamente.

-No, es que tú eres muy baja. O tal vez es que no te diste cuenta, ayer estabas un poco perdida.

-Sí, lo recuerdo. Solo es que estaba algo nerviosa porque no conocía el lugar.

-Claro, es lógico, lo comprendo. Supongo que fui muy descortés tratándote de esa forma.

-Oh, no te preocupes, me alegra haberte conocido.

Su rostro se tiñe de un rojo pálido y sus cejas adoptan expresión de sorpresa.

-Ah… va… valla… no me lo esperaba…

Pasemos tranquilamente, ya que nos sobra tiempo. Por la carretera circulan los coches con velocidad. La gente sale y entra de los bares, toma cafés, descansa en las plazas o parques y disfrutan de un bonito día de verano. Creo que me gusta más esta zona así, tiempo atrás, pues pese a que todavía es un pueblecito, resulta muy acogedor.

El instituto no está muy lejos. Muchos estudiantes vestidos de la misma forma que nosotros se dirigen hacia el Ángeles Santos. Me siento agradecida por haber encontrado a Iván. Es cierto que esto no me es del todo desconocido, pues en la escuela ya hemos estudiado esta época, de la que por cierto, disponíamos de muchos datos. Aun así, me siento menos perdida.  Creo que este muchacho de ojos aguados… ¿Aguados?

Me detengo. Aquel que tiene los ojos de agua y el cabello de noche. La descripción coincide con Iván. Esto me hace pensar. Si no encuentro a otro muchacho con características similares comenzaré a pensar que Iván será una de las victimas que muera en el accidente. Pero, eso significa que tal vez pueda salvarlo, puede que él sea mi ahijado. Pero… ¿Y si no lo es? ¿Tendré que dejarlo morir?

-¿Tommy? ¿Te encuentras bien?, ¿Por qué te has parado?

-¿Eh?, ¡Ah! ¡No es nada! Solo estoy un poco dormida todavía –me río secamente.

-Ya, entiendo. Por cierto, ¿Has visto ya el instituto por dentro?

-No, todavía no he tenido la ocasión.

-Pero ¿Tus padres no pidieron una cita para ver el centro?

-Bueno, verás, vivo sola. Mis padres trabajan mucho y… casi nunca están en casa –miento- Por esa razón no pudieron concertar una cita para ver las instalaciones. Pero, cuéntame, ¿Qué tal es?

-Es un buen instituto, desde luego. Pese a que Benicull es una ciudad bastante pequeñita y solo tiene un colegio de secundaria y bachillerato, no le falta de nada. Es muy grande, tiene una piscina cubierta, un gimnasio donde se practican extraescolares como el básquet, el principal deporte del instituto. También hay un campo de fútbol en los jardines de alrededor, una cancha para practicar ballet, gimnasia, o artes marciales. Luego está la cafetería, muy grande y espaciosa, ¡Y la comida no está nada mal! Una sala de actos, donde se representan las obras de navidad o las actuaciones de teatro. En el piso superior hay una sala de baile, para las celebraciones especiales, como graduaciones, o los bailes de fin de curso. Cada uno dispone de su propia taquilla y puede personalizarla, siempre y cuando respete  las normas establecidas. ¡Ah! Y también hay un par de aulas de música y laboratorios de física, química y ciencias. También un aula de dibujo y una sala de estudio para las clases de tutoría o repaso. ¡Por no hablar de la biblioteca! ¡Es enorme y puedes encontrarlo casi todo!

-¡Valla! Cualquiera diría que adoras asistir a clase.

Rió estrepitosamente, enseñando sus perfectos dientes blancos.

-Creo que después de un verano tan aburrido deseaba poder volver a ese viejo caserón que tenemos por instituto –canturreó de buen humor. Su sencillez me hizo esbozar una pequeña sonrisita, la verdad es que era muy mono – A propósito, sobre lo de tu  vida en solitario… ¿Eso es legal?

-Mmm… No estoy segura… -lo cierto es que no tengo ni idea de si en esta época eso estaba permitido –Pero tampoco importa demasiado, me las apaño bien.

-¿Y no te sientes sola? Es decir, vivir siempre tan apartada…

-Nunca me lo he planteado. Lo asumí, y ya está –en realidad no estoy mintiendo- No me quejé ni le vi inconvenientes. Me centré en ver el lado positivo: más libertad, más intimidad, podría volver a la hora que quisiese si salía por ahí, estudiar sin que nadie me molestase… En verdad no está tan mal para una vida de estudiante. El único inconveniente es el tema de la limpieza y el mantenimiento del hogar. Cuando vives con tus padres no te das cuenta, pero cuando empiezas a vivir solo te percatas de que es incómodo vivir entre basura. De que si no eres tú el que cocina, entonces no comes; de que si no haces la colada, nunca tendrás ropa limpia; de que si vienen visitas, eres tú la que debe organizarlo todo para quedar bien. Todas las responsabilidades caen sobre ti, entonces comprendes la labor de tus padres. Pero en realidad, una vez te acostumbras no se te hace tan pesado, es solo rutina.

Iván me mira con los ojos abiertos como platos. Sus labios se esfuerzan por no abrirse y quedarse con cara de, todavía, más sorpresa.

-Jo, Tommy, nunca pensé que conocería a nadie como tú. Creo que a mi madre le gustaría conocerte –bromea.

Sonrío algo embelesada, no sé porqué. Pero algo me saca de mi ensoñación.

-Ya está, ya hemos llegado.

Vuelvo a la realidad. Frente a mí se alza un imponente edificio de color marfil, con aspecto antiguo, pero muy bien conservado. Una gran verja negra, decorada con adornos barrocos forma una puerta, que ahora está abierta, y rodea el territorio de todo el instituto. Dentro de la verja, un gran jardín lleno de árboles frutales da sombra al patio exterior, donde descansan varios bancos de piedra blanca. Un pequeño estanque lleno de peces tropicales y ranas llama mi atención. Los alumnos más jóvenes se amontonan  en torno a él para observarlo entusiasmados. Una gran cantidad de adolescentes desde los once hasta los veinte años circulan vestidos de forma idéntica. Me siento muy pequeña en comparación con todo lo que me rodea, insignificante.

Iván me mira sonriente.

-¿Y bien? ¿Te gusta?

-Va… valla, es, es impresionante -tartamudeo. Él continúa sonriendo.

-Haz el favor de ir a confirmar que has llegado y a que te den algunas instrucciones, yo iré hacia mi taquilla. Te espero en clase, eso si nos toca juntos.

-¡Claro! Iré en cuanto termine, no te vayas muy lejos.

-¡Tranquila, es normal perderse! –me grita perdiéndose ya entre la ajetreada multitud.

De nuevo me siento perdida, pero no tanto. Estoy, dentro de lo que cabe, feliz.

Capítulo 8: Las ``grandes noticias´´ (Hacía las puertas del cielo)


Salgo directo hacía mi casa desde el instituto al acabar las clases dirigiéndome veloz tras las calles con la multitud de gente con destino contrario al mio, corriendo, tan veloz que no distingo los edificios, tampoco los coches y menos las personas, no veo nada, cruzo semáforos en rojo con la suerte de que no me atropelle ninguno, solo veo líneas de diferentes colores de lo rápido que voy, lo único que distingo es mi meta, mi casa. Solo puedo recordar una cosa por la cual voy tan deprisa, solo pienso y ronda por mi cabeza las dos grandes e inesperadas noticias de mi madre. Mi cuerpo se detiene de inmediato, no se porque, tengo los ojos cerrados ¿Por qué me he parado?, ¿ He llegado a mi destino? ¿ Dónde estoy?-Me pregunto a mi mismo sin obtener respuesta alguna- Entonces abro los ojos y me encuentro delante de ese portal, del portal de las inmensas puertas de cristal blancos. Donde me deparaba mi destino. ¿Qué ocurriría?, ¿Qué me diría? Eran unas de las preguntas a las que no conseguía la respuesta. Entonces me encuentro a mi madre en el sofá de tonos de color naranjas y marrones del salón:

-Quería decirte una cosa. Contestó mi madre.

-¿El qué...? Le pregunté con ansia...

-Te voy a dar a continuación las grandes noticias que seguramente sean muy difíciles para ti al igual que para mí. Estas las tenía ya desde hace unos meses en secreto hasta que llegara el momento.-Cada vez me preocupaba más-. Me han ascendido en el trabajo, pero a cambio de esto tenemos que ir a otra ciudad....

-¡¡Pero, ppp pero que!!, ¿Pero es en otro país? ¿Esta muy lejos?- Dije cortando la frase de mi madre.

-No, para nada, no esta casi lejos, esta en Benicull. ¿Sabes dónde esta?

-Pues claro, pero.... no estoy muy seguro de ir o de quedarme con papá.... y si voy, ¿Los estudios?, ¿La casa?....-Le aseguré con voz cortante.

-Esa era una respuesta a la cual no quería oír, pero me lo imaginaba. En cuanto a la casa, no esta mal, es modernita, ya la he ido a visitar, es un dúplex, los primeros meses la empresa me pagará el alquiler. Y en cuanto a los estudios..... esa era la otra gran noticia.

Me da un papel que comienzo a leer. Se trata de un instituto, el único de esa ciudad, llamado Ángel Santos.

-¿Te gusta este instituto?-Me volvió a preguntar- Es el único de los alrededores de allí y esta muy bien, a pesar de ser una pequeña ciudad. Tiene cafetería, piscina, laboratorios... además de poder tener una taquilla propia en él.-Añadió-. No se lo que contestarle...

-Y....¿Mis amigos?, ¿Mis relaciones?.... Le pregunté.-Hubo una gran pausa en la cual había tanto silencio que podía oír el murmullo de los pájaros, el motor de los coches.... el ruido de mi ciudad.

-Podrás quedarte en la casa de papá en vacaciones. Contestó

Ya que mis padres se habían divorciado y en gran parte del tiempo estaba con mi madre porque mi padre era piloto de avión y siempre estaba de aquí para allá y viceversa, que era otra de las causas por las que decidieron no seguir juntos sus destinos. Entonces pensé que no estaría mal irme a otra ciudad aunque fuera pequeña, conocer más gente, cambiar, que era mi objetivo de este año... emprender una nueva vida en definitiva. Pero esto también traía ligadas sus consecuencias como perder mis relaciones, comenzar una vida desde 0.....

Había que pensárselo bien.

-Piénsalo bien Diego.-Dijo con tono preocupado.

Mañana me das una respuesta.


domingo, 29 de enero de 2012

Capítulo 3: Dueña (Ángel Guardián)



El despertador suena a las seis y media. Tengo una hora y media para prepararme para asistir al primer día del curso. Me decanto por bañarme, lo primero. Caliento el agua de la bañera al máximo, tal y cómo a mí me gusta. Tras el baño estoy más relajada. Envuelvo mi cabello dorado con la toalla y me dispongo a elegir mi ropa. Sobre mi cama veo un paquete ¿Cómo no me había dado cuenta antes?

Lo desempaqueto. En el interior de una bolsita de plástico veo un par de uniformes femeninos con el emblema de Ángel Santos, el instituto del barrio. Sobre la bolsa veo un certificado de ingreso en la academia firmado por mis “responsables familiares”.  Me visto con desgana, pues en mi otra vida podía llevar la ropa que quisiera al instituto. Aun así, no me molesta demasiado tener uniforme, pues me ahorro el tener que elegir la ropa, además es probable que todas mis prendas ni siquiera estén de moda en esta época.

Me sorprende, creía que los uniformes de los institutos llevaban una  falda por debajo de las rodillas. Por suerte para mí, la falda de nuestra escuela es bastante corta, de color rojo. Va acompañada de una camisa blanca de manga corta, adornada con un lazo rojo en el cuello. También viene con un suéter que, al parecer los padres han elegido con el color que los alumnos prefiriesen. ¿Cómo han sabido que el rosa era mi color favorito? Aun así no me quejo, aunque lo guardo bien plegado en el armario, pues aun no hace tiempo para ropas de manga larga.

Recojo mi cabello, ya seco y bien cepillado, con dos pequeñas horquillas para evitar que me caiga en la cara. Vacio mi cartera de mis trastos electrónicos y futuristas, dejándola completamente vacía, más no sé que poner dentro. Preparo mi desayuno a base de tostadas dietéticas y un té de mango y piña, algo ligero para no descuidar mi figura. No sé con certeza si el Ángel Santos cuenta con cafetería para poder comer, por lo que preparo mi fiambrera. No tengo mucha hambre, pese a que anoche no cené y apenas he desayunado. Abro un pedazo de pan no muy grande y lo relleno con una tortilla de queso rápidamente improvisada. Preparo algo de zumo de naranja y relleno con él una botella de agua vacía. Creo que está lista.

De repente el telefonillo suena, indicando que alguien llama al timbre de mi puerta desde el portal. Contesto con curiosidad y miedo, observando por la camarilla.

-¿Sí?

-¿Tommy? ¿Eres tú? Ayer te marchaste mientras charlábamos, y no sé porqué. Bueno, se me ocurrió que tal vez te equivocabas y el instituto que buscabas era el Ángel Santos. Lo digo porque es el único instituto del barrio, y, bueno… Me preguntaba si, de ser así, querrías venir conmigo…

Su cabello negro se destaca con facilidad  a través de la cámara. Sonrío tímida y me sonrojo ligeramente.

-Claro. No me acordaba del nombre, pero era justo ese el instituto que buscaba. Podemos irnos juntos, ¿Estudias allí?

-¡Sí! ¡Sí, estudio allí! ¡¿De verdad quieres venir?! Entonces te espero aquí, no tardes.

-Entendido.

Cuelgo el telefonillo ilusionada.

He tenido mucho tiempo para pensar, las horas en aquel cuarto negro pasan realmente muy lentas. La vida me ha dado una segunda oportunidad, y por mucho que el oráculo lo niegue, no dejaré que nadie juegue con ella. Pienso cambiarlo todo, no me daré por vencido, desafiaré al destino. Lo he decidido. Mi historia no ha acabado, mi historia empieza aquí.

Capítulo 7: La nota (Hacía las puertas del cielo)


Los primeros días en el instituto no variaron nada comparándolo con el curso pasado.

Las clases son más pesadas y adormecedoras por el cambio de los profesores y el suplemento de varias asignaturas más. Pese a estos inconvenientes no me parece el nuevo curso tan desesperante como lo pintaban los estudiantes de cursos superiores al mío.

No pasaba nada, suena el timbre, recojo todas mis cosas y las pongo en mi mochila, salgo del instituto y me voy de camino hacía mi casa con un compañero de clase. Entonces llego a un portal grande, con puertas gigantes y blancas de cristal correspondientes al portal, abro la puerta introduciendo mi llave en ella, como otra cualquiera, normal y corrientemente se abre, tras esa puerta aprieto un botón rojo y se abren dos puertas metálicas, doy unos pasos adelante, encerrándome así en un recinto pequeño, afortunadamente no tengo claustrofobia y aprieto otro botón, uno distinto, el número 3, las gigantescas puertas metálicas de una gama rojiza plateada se cierran, pero no para mi sorpresa. Subo en el ascensor al tercer piso, y me dirijo por un largo pasillo hasta el final, introduzco otra llave, la giró y abro por fin mi casa.

Dejo mi pesada mochila en la cama de mi cuarto verde pistacho, que no es uno de mis colores preferidos pero le da una sensación de libertad y tranquilidad además de aparentar ser más grande me parece haber escogido un gran color. No hay nadie en la casa y me encuentro solitario, la inmensa soledad se oye por toda la casa y me doy cuenta de una nota de mi madre situada en la mesa de madera de mi elegante cocina:



Hijo, este mediodía no podré llegar a casa porque tengo mucho papeleo y te quiero dar dos grandes noticias.

Cómete los macarrones que te he dejado en el horno. Volveré hoy por la tarde.

Atentamente: Mamá



No podría ser peor ya que la última ``gran noticia´´ que me dio no fue de mi gusto. Me preguntaba que sería, que me diría, que me daría así que pensé <<esta mujer es imprevisible>> como si fuera bipolar..... sabéis a que me refiero,¿No?,¿Verdad?.

Me precalenté mis macarrones en el horno porque en el microondas no salen igual, pero calentarlo en el horno tardaba mucho más tiempo. Sabía que iba a tardar unos 20 minutos aproximadamente entonces cogí mi ordenador portátil, me lo puse en la mesa y enchufé con el mando la tele para ver ``Los simpsons´´ en antena3 también encendí el ordenador para navegar por Internet para entretenerme un poco. Seguramente en tuenti no tendría mucho que ver, ya que no me gusta hablar mediante el ordenador, yo soy más clásico, me gusta hablar en vivo y en directo y por eso encendí antes la tele porque cuando entrará en tuenti lo apagaría rápidamente.

Ocurrió todo lo contado anteriormente, pero me entretuve de casualidad viendo un nuevo capítulo de los simpsons que para entonces en América ya sería un capítulo de los viejos. Odio que ocurra eso, que vallan por episodios antiguos en otros países, es algo que detesto.



Ahora me dirijo hacía el horno y saco con ayuda de un trapo la ardiente bandeja de macarrones con cuidado de no quemarme y la depósito en la mesa con dos trapos debajo de esta, cojo un tenedor, un vaso de agua para acompañar a la comida y me pongo a degustarlos, están un poco sosos y por lo tanto les hecho un poco más de sal, aunque no queden igual de buenos. Acabó mi comida y lo que sobra lo dejo en el horno, apago la tele desde el botón de ella misma y así consigo apagar el standby y ahorrar.

Pongo los libros en mi mochila y me dirijo hacia el instituto pensando en la gran sorpresa de mi madre. Preguntándome a mi mismo si me gustará.

sábado, 28 de enero de 2012

Capítulo 6: Cines Lys (Hacía las puertas del cielo)


Ahora os contaré todo lo ocurrido, antes del verano, para ser exactos en el mes de abril Mark se declaró a Gema, su amor se veía de lejos pero no tenían el valor de declarse el uno al otro y entonces yo e Inés le dimos un pequeño empujón para esta relación.
Pero esto comenzó desde hace más tiempo desde hace 4 años. Un día que quedamos para ir al centro a ver una película en unos cines yo quedé con Mark y Inés con Gema en las puertas de los cines Lys a las 5:30 de la tarde:
-¿Dónde estáis?-Pregunté yo llamando por el móvil a Inés. Ellas como siempre llegaban tarde, eran ya las 6:15, yo y Mark ya estábamos hartos de esperar.
-¡Ya, ya vamos es que no pasa ningún autobús!. Respondió con gran arrepentimiento.
-!!Si no llegáis antes de las 6:45 la película ya empezará!!. Dije con tono malhumorado.
-¡Vale, vale, ya estoy viendo el autobús, te cuelgo!¡Chao!. Me dijo para dejar de hablar conmigo.
Como sabíamos que iban a llegar tarde, nosotros fuimos a dar un paseo:
-¿Tienes algo importante que contarme?. Pregunté.
-Bueno, en parte si, pero no se si contártelo. Me dijo preocupadamente.
-Tranquilo, me lo puedes decir. Le aseguré
-Pero, ¿Me prometes que no se lo dirás a nadie?. Preguntó.
-Si, te lo prometo. Contesté claramente. No tenía ni idea de por donde iban a venir los tiros hasta que dijo:
-Me he enamorado de Gema y no se como decírselo.
No sabía lo que decirle, sabía que él sentía algo pero no creía que estaba enamorado de ella por lo tanto no sabía que contestarle:
-No se lo que decirte. Pensé que esa sería la típica respuesta de un niño pequeño entonces quise dar un gran paso hacia delante:
-Díselo cualquier día, cualquier día que estéis solos, si quieres hoy mismo, cuando te vallas en dirección tu solo y ella hacia vuestras casas. Yo soy un inexperto en este tema pero creo que cuando antes se lo digas será mejor. Añadí.
-Ya veré, aunque me has dado una gran idea. Me afirmó tímidamente.

Finalmente vimos la película y cuando se despistó Mark le hablé a Inés sobre el tema la cual dió el otro empujón a Gema. Seguramente hicieron todo lo planeado por nosotros ya que el siguiente día, un lunes, vinieron cogidos de la mano, se dieron el típico beso de enamorados y nos informaron de todos sus hechos.

viernes, 27 de enero de 2012

Capítulo 2: Destino (Ángel Guardián)


Bueno, aquí os traigo el siguiente capítulo de Ángel Guardián.

He de decir que me costó mucho escribirlo, ya que intenté hacerlo de forma realista, aunque no lo he conseguido. Suena un poco religioso, pero es la única forma que conozco de explicar el más allá.

Digamos que este es el último capítulo antes de comenzar realmente la historia, basada en el día a día de Tommy. Aquí se explican muchas cosas, todo comienza a tomar forma. Espero vuestros comentarios y no seáis muy duros con las críticas, pues es un contenido difícil de plasmar. Eso es todo por el momento, ¡Gracias por leer! :)

_____________________________________________________



¿Dónde estoy? Me doy cuenta de que he vuelto a empezar. Todo a mí alrededor es negro, completamente negro. Tengo miedo, tengo frío, estoy tan confusa. Esta sensación de vacío no es agradable, me siento sola, más sola que nunca. Mi cerebro no reacciona a mis súplicas, no me deja pensar. No sé qué hacer, cómo actuar; por primera vez no puedo confiar en mi razón para sostenerme, lo que me está ocurriendo no es lógico.

-¿Hay alguien? –se me ocurre preguntar. ¡Qué tonta! ¿Cómo va a haber alguien aquí?

El silencio comienza a hacerse soportable, supongo que ya me he acostumbrado. Mis ojos se adaptan a la oscuridad, pero esto no hace que pueda distinguir ni una sola figura racional a mí alrededor. El tiempo pasa lento, no sé qué hacer, ni cuánto tiempo aguantaré sin perder completamente la cabeza. Tal vez ya esté loca y este sea un efecto secundario, un engaño de mi mente. No me sorprende.

-Triana –La voz se oye suave, cómo un susurro. El corazón me late muy deprisa. Una lucecilla tenue comienza a tomar forme frente a mí. No es más grande que una luciérnaga, pero sí más brillante–Triana –repite.

-¿Qui… Quien eres? –Mi voz se quiebra, se me saca la boca.

-Soy el oráculo. Vengo a predestinarte en tu nueva vida.

-¿Oráculo? ¿Predestinarme? –No hablo, solo lo pienso, pero mi voz resuena por toda la habitación ¿Qué estaba pasando?

-Estas muerta, Triana.

-¿Mu… muerta? –de nuevo mi voz se escucha sin necesidad de articular palabras.

-Sí. Tu corazón falló mientras dormías, exceso de estrés, supongo. Por suerte para ti, no fue una muerte muy dolorosa ni traumática.

-Muerta… Estoy muerta –necesito analizar estas palabras- Cómo puedo estarlo. Hoy he salido a la calle, he visto personas, no estoy muerta, ¡No puedo estarlo!

Mi voz va aumentando de tono a medida que hablo. Las lágrimas calientes y saladas ruedan por mis mejillas nublándome la vista.

-Tienes razón. No estás muerta. No todavía. No has nacido, por lo tanto, no estás lo que se dice muerta. Pero, obviamente, tampoco estás viva. Simplemente no existes.

-Esto es fruto de una pesadilla, una broma pesada, me he vuelto loca. Tal vez esté ya ingresada en un manicomio.

-No, esto es real, Triana. Tienes que aceptarlo.

Un largo y molesto silencio. El oráculo vuelve a hablar.

-No estás aquí por nada. Todavía puedes serle útil.

-¿Útil? ¿A quién?

-En el más allá no caben tantos muertos. Aquellos que mueren jóvenes y todavía no han decidido que camino van a elegir, no pueden bajar al infierno, pero tampoco entrar al paraíso. Simplemente se quedan ahí, frente a las puertas del cielo, esperando, cómo almas en pena por toda la eternidad…

Un escalofrío recorre mi espalda. Me tiemblan las piernas y caigo al suelo, un suelo que ni siquiera puedo ver ni notar, simplemente algo que me sujeta.

-Entonces… has venido a llevarme allí…

-No. Cómo ya he dicho, a él todavía puedes serle de utilidad. Vengo a contarte tu destino. Nacerás dentro de ciento veintiséis años, el doce de febrero, bajo el nombre de Triana Vargas. Vivirás una infancia normal, desarrollándote adecuadamente. Tu salud será correcta y no enfermarás nunca, gracias a las nuevas vacunas descubiertas. Morirás un trece de agosto a la edad de diecisiete años.

-¿Có…Cómo sabes…

-Soy el oráculo, recuerdas. Este es tu destino, y se ha cumplido. El tiempo no existe. No hay un antes y un después, no hay nada que no sea lo que él dice o lo que él ordena.

-¿Quién es él? Te refieres a Dios.

-No. Dios es padre del cielo y de la tierra. De los hombres, de las mujeres, de los animales y de todos los seres. Él es dueño del destino. Dueño de las almas de las personas.

-Entonces, ¿Hablas de Satán?

-No, Satán es jefe del infierno y de los ángeles que se rebelaron contra el Señor. El diablo castiga a las almas que han pecado. Él es diferente, él tiene otro poder… Él es el Querubín que antes fue mortal, él gobierna el destino de la gente, juega con el tiempo y con las vidas ajenas. Todos vosotros no sois más que marionetas movidas por los hilos de algo inexplicable, inexistente para vosotros. No importa cuánto trabajes, te esfuerces, tu lealtad o tu buena fe. No sirve de nada, pues si él pronostica para ti una vida de sufrimiento y dolorosas pérdidas, no podrás librarte. Pero él no es tan malo. El gobierna las almas de las personas puras para evitar la muerte que ha pronosticado; es una segunda oportunidad. Tu muerte podía haberse evitado, pero no pudo hacer nada.

-¿Quién? ¿Quién es ese él? –Mi cabeza va a explotar- ¿De qué estás hablando? ¿Cómo podía haberse evitado mi muerte?

El oráculo niega con la cabeza.

-Demasiadas preguntas. Soy el oráculo, predigo el futuro y el pasado de los mortales, pero solo respondo a una pregunta. ¿Quieres cuestionar ahora o más tarde?

-Más tarde…

-Bien. Tu ángel guardián falló en su tarea de protegerte, por lo tanto, moriste muy joven. Ahora él te brinda otra oportunidad. De propone vivir la vida de nuevo, aun siglo antes de tu propio nacimiento. Te propone abrirte las puertas del cielo, siempre y cuando realices con éxito la tarea encomendada.

-¿Qué tarea? –Mi corazón continúa latiendo muy deprisa, pero ya no lloro. No entiendo lo que pasa. Esto no puede ser real.

-Ahora eres un ángel, Triana. Mi misión es prepararte para lo que pasará, pero solo tengo esta noche. Así que escúchame. En esta ciudad, en el instituto Ángel Santos, estudia un muchacho de tu edad. Él morirá el veintiuno de mayo del año próximo, a las seis y doce minutos de la tarde, junto a dos jóvenes más. Uno de ellos eres tú. La tarea encomendada por él para ti es evitar la muerte de ese muchacho, sin afectar al destino del otro chico. Si lo consigues, habrás cumplido con tu misión cómo Ángel Guardián, y serán abiertas para ti las puertas del cielo.

-¿Pero cómo sabré de quién se trata? Seguro que hay muchos jóvenes en ese instituto.

-Ese es otro juego del destino. No puedo decirte quién será, pues él considera que debes averiguarlo por ti misma. Pero te diré una cosa, todavía espero que me hagas la pregunta definitiva, tras esto desapareceré. Así que piénsalo bien, es la última cosa que podrás saber acerca de tu futuro.

Pienso en preguntarle acerca de mis padres, de mi ángel guardián. Pienso en preguntarle si todo saldrá bien, si conseguiré hacerme un hueco en el cielo. Pero temo que me diga que no.

-Oráculo, ya tengo mi pregunta. ¿Qué dos jóvenes estarán conmigo cuando suceda el accidente?

-Aquel que tiene los ojos de agua y el cabello de noche; y aquel cuya piel es dorada y es capaz de sanar las heridas del mundo con su sonrisa sincera. Ahora sé valiente, chica, no le cuentes a nadie lo que pasa, ni reveles el secreto de él. Vive la vida conforme a esta época, anterior a la tuya, acostúmbrate, haz amigos, enamórate, vive de nuevo. Siempre y cuando seas capaz de dejarlos cuando llegue el momento de partir. Cuenta los días para la fecha y tenlo todo preparado, el destino de un muchacho y toda tu eternidad están en juego. Y no lo olvides nunca, el destino es caprichoso, nada se puede hacer contra él, no te aferres ciegamente a tus sueños, no pueden cambiarlo…

Y desaparece, dejándome sola en la inmensa oscuridad, con la sangre helada y más confusa que nunca.


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Atentamente: Lidia y Lian

Capítulo 5: El reencuentro (Hacía las puertas del cielo)


Cogimos nuestros almuerzos del bolsillo pequeño de nuestras respectivas mochilas y salimos de la clase cerrando la puerta de esta. Por el pasillo fuimos hablando yo y Mark hasta que noté que alguien se había tirado alegremente encima de mí por detrás para darme un gran abrazo, yo sabía quien era, solo había una persona que hiciera eso, sabía que era Inés. Alegremente me giré y la recibí , también con otro gran abrazo y dándole dos besos en las mejillas, uno en cada una:

-¡Hola, cuanto tiempo, ¿Qué te cuentas?, ¿Qué tal?, ¿Cómo estas?!.Dije gritando entusiasmadamente. Quería saber tantas cosas....

-¡Hola chicos!Muy bien. Me respondió con una amplia sonrisa de oreja a oreja.

-¿Por cierto dónde esta Gema?

-Os esta esperando en el comedor y me ha dicho que vallamos ahora mismo que nos esta guardando sitio.



Así que nos dirigimos andando por los largos pasillos del centro mientras Inés nos contaba todo su verano paso por paso hasta que llegar a la cafetería que por cierto estaba nueva y habían más mesas para sentarse y menús que eran más completos, yo por lo menos prefería llevarme mi propio bocadillo pero ``para gustos colores´´.



Ahí estaba Gema, la vimos nada más entrar, sentada en la mesa del fondo por su larga y brillante melena que brillaba por los rayos cálidos del aún permanente verano que deslumbraban. Pero más que fijarme en ella me fije en nuestra mesa de todos los años, había pasado ya tanto tiempo, tantas historias, tantas cosas inolvidables allí, que me recordó al primer día que les conocí.



Yo era nuevo en el instituto, cuando llegué tenia 12 años, todos se conocían desde pequeños y sabia que no iba a cuadrar con este grupo de personas ya que no suelo caer bien a las personas, es una de mis grandes cualidades, ¿No se si a vosotros os pasa lo mismo?, el instituto me parecía muy grande y estaba muy solitario hasta hace 5 años antes, en este mismo día en esta misma hora, me senté en una mesa del antiguo comedor y mis amigos de ahora me invitaron a sentarme con ellos. Desde entonces estoy con ellos y no les cambiaría por nada del mundo. Ahora, 5 años después, sigo estando con ellos por lo tanto tenemos 17 años, 5 de los cuales estaba ya con ellos. ¿Habría sido el destino encontrarme con ellos?



Fui corriendo, corriendo veloz para abrazar a Gema, pero ella cambió de dirección y, bueno, se besó con Mark.

jueves, 26 de enero de 2012

Capítulo 4: Mark (Hacía las puertas del cielo)


-Perdón por haber llegado tarde, no sabia que empezamos hoy.

Me recordó que era muy despistado y todos nos pusimos a reír. A lo que Melissa dijo:

-Pasa Mark hay que ver lo despistado que eres y siéntate en esa silla que esta libre. Con un tono de preocupación.



Después ocurrió lo de siempre, los profesores dicen como se llaman, nosotros como nos llamamos, además de exponer lo que haríamos en esa materia este mismo trimestre y preguntarnos lo que habíamos hecho este verano a la que yo respondería con una respuesta ficticia, finalmente cuando acaban de resumir eso en unos 25-30 minutos nos dejan el resto de la hora de la materia libre.



La primera hora que estuvimos con Melissa que a pesar de que no fuera hora de su asignatura estuvimos con ella ya que era nuestra tutora. Acaba su presentación, duró más o menos unos 35 minutos porque hizo todo lo comentado anteriormente y me pongo a hablar con Mark:



-Hola, ¡Cuanto tiempo!-Dije con mucha alegría ya que llevaba 3 meses sin verlo.

-Si, ya ves

-¿Qué tal todo?

-Bien, ya te contare cuando estemos todos juntos.¿Y a ti?.Esa pregunta me hizo pensar que tenia que decir algo ficticio para quedar bien y así ocultar el penoso y el aburrimiento extremo sufrido por las vacaciones.

-Bien ya te contaré en el patio.-Respondí con gran falsedad

-¡Me alegro!

Mientras hablamos oímos el timbre, ahora toca la hora de matemáticas. Cogí mi silla y me puse en mi sitio, llega Edurne, nuestra profesora de matemáticas y hicimos lo mismo que en la anterior clase pero en esta duró menos ya que Edurne ya no sabia lo que preguntarnos y se puso con se ordenador Apple.

Nosotros en cambio como no podemos utilizar el móvil porque en el instituto esta prohibido y menos traer un ordenador entonces seguí hablando Mark:



-¿Has visto a alguna de las chicas?.Pregunté con curiosidad.

-Si. Afirmó moviendo la cabeza. A Inés la ví el otro día en el autobús cuando me dirijia hacia los cines Lys del centro y estuvimos hablando un poco. Añadió. Yo entusiasmado le pregunto:

-Y, ¿Hacía dónde se dirigía?

-No se, creo que se iba hacia el Corte Inglés a comprarse ropa con su madre.

-Y, ¿Te dijo algo?

-Si, pero nada con importancia. Me afirmó sinceramente. Yo le creí.

-Vale, yo el otro día, de lejos vi a Gema en el heladería de la esquina de mi casa comiéndose un helado y le salude pero nada más. Ah, ¿Te has dado cuenta de la chica nueva que hay en clase?

-Si, la he visto nada más entrar.

-Pos yo me acabo de dar cuenta. Y nos pusimos a reír.

-No, de verdad me acabo de dar ahora cuenta, es un poco rara,¿No?

-No lo se, pero me da pena, esta como apartada, como nosotros.

-Va, no seas tan pesimista. Acto seguido nos pusimos a reír otra vez.

-¡Pero tan rara como yo no es! Señale.



Tras las presentaciones de dos profesores sonó el timbre y por lo tanto fuimos a coger nuestros almuerzos para irnos al patio y reencontrarnos con ellas.