Los
primeros días en el instituto no variaron nada comparándolo con el
curso pasado.
Las
clases son más pesadas y adormecedoras por el cambio de los
profesores y el suplemento de varias asignaturas más. Pese a estos
inconvenientes no me parece el nuevo curso tan desesperante como lo
pintaban los estudiantes de cursos superiores al mío.
No
pasaba nada, suena el timbre, recojo todas mis cosas y las pongo en
mi mochila, salgo del instituto y me voy de camino hacía mi casa con
un compañero de clase. Entonces llego a un portal grande, con
puertas gigantes y blancas de cristal correspondientes al portal, abro la puerta
introduciendo mi llave en ella, como otra cualquiera, normal y
corrientemente se abre, tras esa puerta aprieto un botón rojo y se
abren dos puertas metálicas, doy unos pasos adelante, encerrándome
así en un recinto pequeño, afortunadamente no tengo claustrofobia
y aprieto otro botón, uno distinto, el número 3, las gigantescas
puertas metálicas de una gama rojiza plateada se cierran, pero no
para mi sorpresa. Subo en el ascensor al tercer piso, y me dirijo por
un largo pasillo hasta el final, introduzco otra llave, la giró y
abro por fin mi casa.
Dejo
mi pesada mochila en la cama de mi cuarto verde pistacho, que no es
uno de mis colores preferidos pero le da una sensación de libertad y
tranquilidad además de aparentar ser más grande me parece haber
escogido un gran color. No hay nadie en la casa y me encuentro
solitario, la inmensa soledad se oye por toda la casa y me doy cuenta
de una nota de mi madre situada en la mesa de madera de mi elegante
cocina:
Hijo, este mediodía
no podré llegar a casa porque tengo mucho papeleo y te quiero dar
dos grandes noticias.
Cómete los macarrones
que te he dejado en el horno. Volveré hoy por la tarde.
Atentamente: Mamá
No podría ser peor ya
que la última ``gran noticia´´ que me dio no fue de mi gusto. Me
preguntaba que sería, que me diría, que me daría así que pensé
<<esta mujer es imprevisible>> como si fuera bipolar.....
sabéis a que me refiero,¿No?,¿Verdad?.
Me precalenté mis
macarrones en el horno porque en el microondas no salen igual, pero
calentarlo en el horno tardaba mucho más tiempo. Sabía que iba a
tardar unos 20 minutos aproximadamente entonces cogí mi ordenador
portátil, me lo puse en la mesa y enchufé con el mando la tele para
ver ``Los simpsons´´ en antena3 también encendí el ordenador para
navegar por Internet para entretenerme un poco. Seguramente en tuenti
no tendría mucho que ver, ya que no me gusta hablar mediante el
ordenador, yo soy más clásico, me gusta hablar en vivo y en directo
y por eso encendí antes la tele porque cuando entrará en tuenti lo
apagaría rápidamente.
Ocurrió todo lo contado
anteriormente, pero me entretuve de casualidad viendo un nuevo
capítulo de los simpsons que para entonces en América ya sería un
capítulo de los viejos. Odio que ocurra eso, que vallan por
episodios antiguos en otros países, es algo que detesto.
Ahora me dirijo hacía el
horno y saco con ayuda de un trapo la ardiente bandeja de macarrones
con cuidado de no quemarme y la depósito en la mesa con dos trapos
debajo de esta, cojo un tenedor, un vaso de agua para acompañar a la
comida y me pongo a degustarlos, están un poco sosos y por lo tanto
les hecho un poco más de sal, aunque no queden igual de buenos.
Acabó mi comida y lo que sobra lo dejo en el horno, apago la tele
desde el botón de ella misma y así consigo apagar el standby y
ahorrar.
Pongo los libros en mi
mochila y me dirijo hacia el instituto pensando en la gran sorpresa
de mi madre. Preguntándome a mi mismo si me gustará.
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